Hay numerosas razones por las que los estándares son necesarios.
No queda muy lejos la denominada “guerra de los navegadores” que enfrentó a
Microsoft y a Netscape, y que dio lugar a millones de páginas llenas de trucos
inconsistentes y códigos para que funcionasen los sitios en ambos navegadores.
De forma resumida, podemos señalar las siguientes razones “de peso”:
· Se
trabaja más rápido (aunque inicialmente lleve más tiempo aprenderlos)
· El
mantenimiento es más fácil, sencillo y rápido.
· Es
menos costoso
· Centralizan
el diseño (en pocos ficheros, fácilmente administrables)
· Facilita
el despliegue en cualquier SO, navegador, dispositivo (antiguo, actual o
futuro) y salida (pantalla, impresión)
· Ficheros
más optimizados (descarga y presentación más rápida)
· Mayor accesibilidad y mejor experiencia de
usuario
· Facilitan
el posicionamiento en los buscadores (marcado semántico)
· En
consecuencia, maximiza la audiencia potencial
A medida que avanza la complejidad de la Web, los grupos de
trabajo del W3C se encargan de ir
definiendo aquellas mejoras tecnológicas que garanticen la operatividad de las
nuevas soluciones, de forma que los navegadores puedan presentar adecuadamente
la información.