lgunos rasgos que conforman la topología elemental de este tipo de
productos, tanto por lo que se refiere a factores técnicos, funcionales como
ergonómicos:
Multimedia: Considerando
el medio y el dispositivo, las producciones digitales han de aprovechar, en
toda su dimensión, las posibilidades multimedia
disponibles. Para ello, ha de considerarse el carácter multisensorial que los
textos y discursos generados bajo este modelo poseen, para sacarle el máximo
partido. Por ello, la
utilización de elementos visuales, sonoros y/o audiovisuales de cualquier
naturaleza deberá responder a un criterio
holístico en el que la construcción del texto multimedia estará vinculada con la consecución de los objetivos informativos
perseguidos en cada caso.
Interactividad: Las
estrategias y metodologías de desarrollo que se aplican a los contenidos
digitales deben tener en cuenta las posibilidades que ofrece el carácter
interactivo e inmersivo de este medio para la consecución de los objetivos
marcados. Los productos interactivos permiten potenciar y facilitar en los
usuarios aspectos tales como la familiarización y la comunicación; el seguimiento de itinerarios propios a partir
de un diseño genérico; capacidad de creación; la participación en procesos de comunicación y
relación social o la
motivación intrínseca a la posibilidad de realizar acciones y recibir una respuesta
inmediata a las mismas. También se refiere a la posibilidad que tienen los
usuarios de interactuar con el medio, los autores y el texto. Permitiendo de
esta forma un desarrollo de acciones que proponen y comunican directamente.
Accesibilidad: Deben permitir el acceso a colectivos de usuarios o usuarios con determinadas
necesidades especiales; que respondan a un grado suficiente de neutralidad
tecnológica, es decir, que puedan cumplir sus objetivos básicos sin la
necesidad de la convergencia de condiciones tecnológicas extraordinarias o no homologadas; y que su contenido informacional se
estructure, organice y presente de forma comprensible, asimilable, funcional y
usable por los usuarios a los que van dirigidos.
Flexibilidad: Los
productos digitales deben ser susceptibles, en el grado adecuado, de ser
controlados por los usuarios en función de sus expectativas a partir de la
estructura y organización elementales de sus contenidos.
Modularidad: Esto facilita la adaptabilidad y reusabilidad de los mismos. Dicha
modularidad debe favorecer la posibilidad de reelaboración, por parte del
usuario, de los contenidos presentados a fin de que este pueda adecuarlos, de un
modo sencillo, a su contexto e intereses inmediatos. Las dos variables que se tienen en cuenta a la
hora de definir un nivel de agregación son: la estructura, que indica de que se
compone: sonidos, textos, imágenes, animaciones, etc. y la funcionalidad, que indica la funciones que cumplen los
componentes estructurales.
Adaptabilidad y reusabilidad: La
modularidad implica una serie de ventajas tales como su funcionalidad
exhaustiva o
sus posibilidades de reutilización. Desde el punto de vista de los consumidores, la
adaptabilidad de los productos multimedia permite
aumentar la satisfacción de la lectura, pues ello permite un acomodo más eficaz
a los objetivos de los usuarios y usuarias, a distintas situaciones y modelos
de explotación, y a su reutilización en distintos contextos y sistemas (ocio,
educación, entretenimiento…)
Interoperabilidad: La metainformación que incorporen
debe contemplar todos los aspectos necesarios, ser comprensible para quienes
van a acceder a ella, y alcanzar un grado mínimo de utilidad y aplicabilidad en
los contextos de uso en los que vayan a operar y desplegarse esos productos.
Portabilidad: Los
productos multimedia digitales deben seguir sistemas estándar de
empaquetado y transferencia para que sea posible compartir contenidos digitales
y estos puedan integrarse con garantías y plena funcionalidad en distintos
sistemas, dispositivos, etc.
Hipertextualidad: La
posibilidad de acceder a la información de manera multidireccional y no lineal.
Permite la navegación en el contenido a través de enlaces en relación al texto,
proporcionando más información.
Distribución: Uso
de diferentes canales para promover el contenido como suscripciones, boletines,
redes sociales, dispositivos móviles